Tomar los aportes que nos han
ido dando los investigadores de la Teoría del apego me parece en los tiempos
que corren un hallazgo. El apego nos resulta como la otra cara del
individualismo, del tiempo en épocas sin
tiempo, del rescate del sujeto por sobre la tecnología. Tecnología que permite
una multitud de manera de comunicarnos y sin embargo cada vez estamos menos
comunicados. En los vínculos hay prevalencia por lo virtual, el cuerpo se
pierde, el contacto de los cuerpos se pierden, en fin, es una sociedad de
consumo que nos consume. En tiempos del narcisismo, el apego tiene mucho por
decir. Pero empecemos por el principio:
La teoría del apego fue creada
y pensada por J Bowlby, psicoanalista, que se animo más allá de su época a
poder pensar el sujeto desde otras disciplinas. J.Bowlby fue convocado después
de la segunda guerra mundial por la OMS para resolver el tema de los niños abandonados,
algunos sin hogares, muchos alejados de sus figuras parentales. En un terrible
momento de angustia social, tuvo la sabiduría de recurrir a un gran etólogo que
fue K Lorenz para que lo ayudara a pensar el comportamiento humano y sumara al
saber psicoanalítico lo que sus investigaciones le habían permitido descubrir.
Cuanto tenemos que aprender a abrir nuestra
cabezas y recurrir a distintos saberes si estos nos permiten dar respuestas!.
Lorenz desde la etología, que
significa el estudio del comportamiento animal, trabajo muy cercanamente a
Bowlby, permitiéndole con sus aportes revisar la teoría de los instintos y sus
investigaciones tuvieron mucha influencia en la teoría del apego.
De esta investigaciones
conjuntas en el estudio de posguerra con
niños que habían quedado sin hogar surgió una monografía titulada “Los cuidados
maternos y la salud mental”, el resultado de este trabajo implico mejoras
importantes en los cuidados de los niños en hospitales e instituciones
residenciales, modificando la visión de los niños institucionalizados a partir
de aquí.
Podemos nombrar como un gran logro considerar la importancia que
las madres acompañaran a los niños durante sus internaciones, situación que
hasta este momento no ocurría. Basándose en esto, tiempo después se rescato la
importancia del rooming-in ( bebes que después del parto permanecen en las
habitaciones con sus padres)dándole prioridad a ese contacto afectivo que al
cuidado que podían tener en la nursery
Uno de los principales aportes que
acerco Lorenz al trabajo de apego fue, el concepto de impronta. Me parece importante en este punto que definamos los conceptos que vamos usando
así podemos construir un vocabulario en
común en relación con la teoría del apego.
Lorenz estudio el comportamiento de los gansos,
observo que al nacer seguían
a aquella figura que encontraban frente a su vista, a esa figura la iban a imitar y seguir el resto de su
vida. Consideró esto la primera impronta .Entendiendo por Impronta: el proceso biológico de aprendizaje por el cual las
crías, se identifican con los adultos y aprenden de ellos por medio de la observación y
la imitación. Lorenz Gano el Premio Nobel de Medicina de
1973 con estas investigaciones. En estos
estudios le dio particular importancia a los elementos que permitían constituir: la “figura de apego”.
A partir de este punto busco las características que eran
necesarias e Identifico lo que dio en
llamar patrones de acción fijos: Eran
aquellas reacciones primarias que
los gansos realizaban a los
estímulos visuales de los progenitores y
que son necesarios para inducir a
seguirlos. Lo llamativo en su investigación fue que descubrió que cualquier
objeto, incluso un humano, podría inducir la misma respuesta que sus
progenitores gansos, aplicando los
mismos estímulos si era en los tiempos biológicos de la constitución de la impronta
- Periodo crítico: Con
este término definió un periodo sensible en el cual se efectúa la impronta. O
sea esta impronta primera tiene un momento de duración, donde habría una
particular sensibilidad para que ocurra y que está marcada por las
características de la especie; ya veremos qué pasa cuando hablamos de la cría humana,
que no escapa a este comportamiento.
Las conductas de apego una vez instaladas son instintivas y serán
activadas por las condiciones que parecen poner en peligro la proximidad, esto
quiere decir cualquier condición que la obstaculice o impida: la separación, la
inseguridad y el miedo.
Bowlby sostiene que en los
humanos pasaría lo mismo que en
cualquier otra especie animal y pone el acento en que no es la alimentación la
formadora del vínculo madre-hijo, sino que este es previo y
tiene que ver con un patrón instintivo marcado por la vulnerabilidad del ser
humano cuando nace. Por lo tanto, formaría parte de una herencia arcaica cuya
función es la supervivencia de la especie. Nos plantea esta pulsión de apego como primaria a la
pulsión de autoconservación.