miércoles, 10 de febrero de 2016

¿Porque la mentalización?

La clínica actual nos convoca como terapeutas a buscar recursos técnicos y teóricos para pensar y ayudar a nuestros pacientes. Pacientes complejos para que  abordemos sólo  desde los recursos ortodoxos de  la palabra. La palabra resulta insuficiente, inconexa, sin sustento con los actos que se presentifica, muchas veces sin que el sujeto pueda explicarlos o dar cuenta de ellos. Pacientes de acting, de adicciones, de consumismo, de vacío, de enfermedades que se expresan en el cuerpo sin poder darle sentido simbólico, de trastornos de personalidad difíciles de convocar a un espacio de transferencia neurótica justamente por carecer de esta presentación clínica. La palabra nos queda corta.
Fonagy y Bateman aportan un concepto teórico que nos ayuda en este sentido, la mentalización. Se refieren al desarrollo de la conducta cognitiva, afectiva, intuitiva y perceptiva que le permite a un sujeto dar cuenta que pasa en el otro, y que ocurre en su” sí mismo”. Rescatamos el desarrollo de la mentalización como un elemento organizativo en los vínculos intersubjetivos y podemos decir también en los vínculos intrasubjetivo. Por vinculo intrasubjetivo me refiero  al particular mecanismo que realiza el yo donde es sujeto de la acción pero a su vez es observador de la misma, generando una actitud crítica frente al accionar que él mismo produce.
Así como la conducta de apego se va desarrollando en el intercambio vincular con las figuras de apego, la mentalización también va logrando una complejización en el desarrollo  en función de la adecuada sincronización de las figuras de apego, respuesta sensible, función reflexiva, respecto del mundo cognitivo-emocional del niño.
En su desarrollo transcurre una etapa, la  prementalización, donde el niño tiene conductas que responden a su traducción de lo que ocurre en el mundo externo y en su interioridad, lo llamativo que ya siendo adulto cuando ha ocurrido una falla en el camino hacia la  mentalización, aparecen estos modo de comprensión del mundo prementalizados y se instalan conductas que responden a los cuadros psicopatológicos que he mencionado al comienzo del articulo.
Como terapeutas poder conocer estos modos prementalizados nos da recursos para desde allí generar intercambios que vayan instalando en el espacio analítico un modo de pensar mentalizado. Siguiendo el modelo de la figura de apego, nos permite traducir adecuadamente conductas que el sujeto no puede explicar de si mismo e ir acompañándolo en el proceso de comprensión de su propio  funcionamiento mental. De esta manera se va dando un pensamiento adecuado a los afectos que va sintiendo y desarticulando las fallas en el proceso de comprensión de sí mismo y los otros.

Sin embargo nos debe quedar claro que este proceso no es sencillo, requiere mucha dedicación del terapeuta aportando su “aparato de pensar” y su cuerpo en presencia y sostén del paciente.

Ver también :


LA MENTALIZACIÓN - Abordaje desde la Teoría del Apego y la Teoría de las Relaciones Ojetales